Las agujas del reloj marcaban las 19 hs. y ya había gente en los alrededores de La Trastienda. De Bueyes, una de las fracciones de Bersuit Vergarabat se presentaba por primera vez en la Capital Federal (dejando de lado el Pepsi Music del año pasado) luego de haber girado por el conurbano bonaerense y toda la Costa Atlántica.

Marzo se venía “bersuitero” desde su génesis: el ciclo de Gustavo Cordera en La Trastienda se presentaba como el primer plato; Juan Subirá en Ultra Bar era la segunda fecha a presenciar (que logró juntar a toda la banda salvo al vocalista principal –ver crónica anterior-) y cerrando el círculo, De Bueyes debía pisar fuerte en San Telmo.

Con ese marco, el quinteto se preparaba para una noche con emociones fuertes. Tardecitas dio el punta pie inicial ante un recinto con casi 500 fanáticos. Ese primer segmento del show se completó con Transparencia, Me da igual (en la que el vocalista Daniel Suárez se animara a tocar la armónica) más toda la fuerza y solvencia que trae De una pasión, sostenida desde la batería de Cristian Bormeo.

Inevitable, como parte del pasado y del presente (ellos sabrán si del futuro) y como cualquier desprendimiento de un ente de mayor envergadura, el repaso por el repertorio de Bersuit no tardó en llegar. Una muy lograda versión de Porno Star seguida de Vuelos –directa de la pluma del bajista Pepe Céspedes- en un formato mucho más rocker, llevaron a la gente a un grado de locura y felicidad incomparables con el primer tramo de la presentación. No obstante, bien planteada la lista de temas, los Bueyes eligieron inteligentemente ese pasaje del concierto para introducir una canción nueva: como las demás fragmentaciones de Bersuit, llegó un homenaje para el conocido personaje Huguito Gorostidi (conocido por la canción La Bolsa). “Y yo te digo que hoy puedo seguir sin vos / que te llevaste lo que era de los dos” cantaba Daniel Suárez en el tema titulado Lo que era de los dos, volcada hacia el lado del pop.

Tiempo de invitados, sí. Chano Moreno de Tan Biónica se sumó para cantar Esperando el impacto, que tuvo su momento para la doble interpretación: “Algo cambió…todo sigue igual de bien” cantaba Suárez y señalaba a la gente con una sonrisa cómplice. A continuación, la dupla Sbarbatti-Suarez cantó a duo Canción instantánea para luego cederle terreno a Osky Righi que desde el sector izquierdo del escenario copó el micrófono para cantar la chacarera-rock Decisiones. Más personas exógenas a De Bueyes: sorpresa y media con la aparición en escena de Héctor “Limón” García que se sumó para hacer A los tambores, tema de la placa "Libertinaje" de Bersuit. “Yo soy así…y me hago cargo / nada ni nadie me puede cambiar!” cantaba el pelado vocalista de Vía Varela que se puso una peluca en la cabeza para recordar las viejas épocas en que sus mechas largas llegaban casi a la cintura y cantaba con la banda encabezada por Cordera.

Las revoluciones estaban a mil; el público disfrutaba a pleno de la presentación: cantaba, saltaba, hacía pogo y bailaba a pleno, sobre todo con los temas que llevaban el set hacia el pasado. Para bajar un cambio, llegó Dartagnan, que cambió la atmósfera de La Trastienda. Pero ese estado mutó por completo. Un cuarteto bien power encabezado por las guitarras de Righi y Martín Pomares: Anclado, Out put in put de Andrés Calamaro –para rockear al palo-, la provocadora y explícita canción La Parada y el corte comercial Un dicho popular, oficiaron de cierre de recital.

Los Bueyes se retiraron y dejaron vacío el escenario. La gente conforme, aún quería más. Llegarían los bises, ¡y de qué forma! Casi reeditando el concierto de Juan Subirá la noche anterior, éste apareció con su acordeón y un gorro símil jamaiquino con rastas artificiales para darle otro tinte a su participación; de su autoría y perteneciente al disco "Más que una yunta" –primero y único de De Bueyes- tocaron Entrega para el deleite de todos. La gente, viendo a más de la mitad de los integrantes de Bersuit Vergarabat arriba del escenario, tácitamente reclamaba ese contrato pre-establecido de que algún tema iban a tener que tocar: así apareció la conmovedora Veneno de Humanidad, que hizo llorar a más de uno. Había tiempo para una más: Espíritu de esta selva, en formato reggae, permitió bailar y saltar a todos los fanáticos presentes.
Así se fue el show, que no solo mostró a De Bueyes bien afianzada como banda –llegando a un sonido bien logrado con los matices propios de músicos de la talla de Céspedes y Righi- sino que bien ensamblados arriba del escenario todos los integrantes, mostrando un alto grado de conexión entre ellos. A su vez, dejando esa esperanza abierta a todos los seguidores de Bersuit, de ante el parate de la banda de la cual derivan, existen momentos para revivir y recordar tantos conciertos del pasado.
Crónica y Fotos: Martín Ciraolo

2 comentarios :

  1. GRANDE DE BUEYES

    MUCHA SUERTE!!!!!!!!!!!

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  2. Martin Criraolo,en la trastienda con De Bueyes habia mas de 700 personas tal es asi que no dejaron entrar mas a nadie.

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