La Franela pasó por La Trastienda

Un gran puñado de almas se acercaba a la calle Balcarce 416. Mucha gente con remeras de Los Piojos, otros preferían el uniforme neutro. No obstante, las almas que llegaron al barrio de San Telmo para copar La Trastienda iban a ver a La Franela, que iba a continuar presentando su reciente trabajo titulado “Después de ver”.

Calor y Dolor dio el punta pié inicial al show mientras la gente ya cantaba de ante mano. Trapos, remeras y chicas en andas pintaban un paisaje de fiesta. Con esa escenografía, Llega el tren, sostenida por una gran base provista por el bajo de Lucas Rocca y la batería de Diego Modica.

“A ver... una que sepamos todos” dijo Piti Fernandez -Ex Piojos- para romper un poco el hielo y rememorar viejos tiempos, animar a sus fans y hacerlos viajar a la atmósfera de piojosa; esa fue la introducción para Entrando en tu ciudad de la banda de la que deviene la voz principal. A continuación, Fernández le dio paso a Joselo de Diego en la voz para Pasarás.

Para cambiar el ambiente, un poco de raggae con Magia y una canción de amor: “Vamos a bajar un cambio” dijo Piti antes de que el teclado tocado por Martín Tucan Bosa para el arranque de Hielo. Otras más para los nostálgicos: Solo y en paz y Reggae rojo y negro, que vibraron abajo del escenario. Sin embargo, la apuesta por el cambio de clima fue mayor; la banda introdujo dos temas nuevos; el primero Mareo, con un aire de vals y el Ska del divorcio.

La gente la estaba pasando muy bien, y el momento fue por demás oportuno para la llegada de una exquisita versión de Vine hasta aquí –de Los Piojos- que resultó ser uno de los pasajes más elevados en materia musical, potenciado por la gente que extasiada coreaba no solo la letra sino cada nota musical emitida por los instrumentos.

El show estaba entrando en la recta final. Piti agradeció a gente de Comodoro Rivadavia e hizo mención de la connotación de Todos los vientos y la guerra de las Malvinas. Muy conmovedor, ese tema resultó ser uno de los más festejados de la noche. El público estaba conforme pero pedía un poco más: Del otro lado del mar, Al desierto y Akanakena sirvieron para cerrar la presentación.

No obstante, había tiempo para una más. Esa, esa canción que todos la saben. No por sonar en la radio, sino por la prolijidad y seriedad que le dan la categoría de emblema del disco. Lo que me mata fue la encargada de cerrar el telón de un gran show, con una gran cantidad de gente y con La Franela sonando muy consistentemente y afianzándose cada vez más en el camino del rock local.

Nota y Fotos: Martín Ciraolo