Arbolito. Banda multifacética que se expande desde el folclore hacia las aguas de otros géneros y estilos musicales. Transitando diversas superficies, se encuentra en un estado de madurez que lo deposita sobre el cierre de 2009 con el lanzamiento de una nueva placa: Despertar. La banda recibió al equipo de Mi dRocKga en la Casa Fernandez Fierro, en el barrio porteño de Balvanera. Con un clima más que propenso para el desarrollo de una entrevista, el ping pong no tardó en llevarse a cabo.

Martín Ciraolo: ¿Se identifican con algún género en particular?
Ezequiel Jusid:
Somos una banda muy amplia: desde lo que nos gusta hasta lo que hacemos arriba del escenario. De hecho si vas a un show de Arbolito vas a ver que pasamos de una zamba que por momentos se pone pinkloydesca hasta un reggae con…
Pedro Borgobello: No tenemos prejuicios con la música. Eso es lo que caracteriza a la banda. No es que lo pensemos de tal forma…va surgiendo. La banda tiene muchas aristas: desde lo rítmico tiene mucha variedad y tiene mucho que ver con lo folclorico argentino y latinoamericano. También a nivel instrumentos, tenemos un abanico muy grande: desde la caña que se toca en Bolivia, hasta el violín, guitarra eléctrica, batería, bombo legüero. Nos gusta hacer música. Nos gusta tanto Bob Marley como Atahualpa Yupanqui.

MC: ¿Cómo recibe la gente esa variedad? Capaz que hay gente mas del palo del rock o del folklore… ¿como resulta la convivencia?Ezequiel: El prejuicio esta dentro de cada uno. Hay mucha gente a la que no le importa de qué lado viene: se emociona o no se emociona. Vos vas a un recital de Arbolito y en el medio de la gente te encontras con un trencito donde ves a un punk con un hippie atrás y tres vagones por detrás a un viejo con el nieto. Es una mezcolanza enorme que tiene más que ver con el disfrute, con la energía que se genera, mas que con que “otro género musical escucho”.
Pedro: Los prejuicios los tienen más que la gente, los medios que se encargan de difundir ciertos estilos. Vos como persona vas a escuchar algo que te gusta, y eso lo aprendimos mucho tocando en la calle. Pasa que en la calle el que quiere se sienta y te escucha o si no se va; podes encontrarte con una señora de sesenta años bailando una chacarera a un pibe marginal tomándose un tetrabrick y escuchando todos tus temas. Son los medios los que se encargan del que el rock sea rock, que el folcklore sea folcklore.
Es una necesidad de colocación en las bateas ¿entendes? O a la hora de armar un festival de “puro punk”.

A simple vista las palabras “estereotipo” o “prejuicio” generan alergia entre la gente de Arbolito. El análisis de la prensa que los reduce al folclore o banda alterna que experimenta desde la base del folclore parece ir en contra de la forma de ver su realidad musical. Arbolito va más allá y hecha raíces por todo el territorio argentino.

MC: ¿Cómo nació el viaje de Arbolito? ¿Cómo surgió el girar por todo el país a llevar su música y cómo es la relación con la gente de cada lugar?
Ezequiel:
Viajar y tocar en la calle fue casi la premisa inicial de la banda. Ir a buscar a la gente adonde está, no esperar a que ellos vengan. ¿La gente donde esta? ¿En la calle? ¿en la plaza? Vamos ahí. Era eso o encerrarte en un boliche y vender entradas anticipadas para que vengan tus amigos y estén otra vez puteandote por el horario o por el lugar. Y fue así. Nos compramos una camioneta con plata prestada: nos fuimos de gira, devolvimos la plata. Juntamos para el sonido, eso nos dio independencia. La autogestión nos ayudó para salir a tocar donde nosotros queríamos. Empezamos a conectarnos con grupos de personas en cada pueblo: no solo de música, de cualquier expresión artística; y así comenzamos a juntarnos. Ya para la segunda vez que íbamos, ya era como invitados de ellos y la tercera…y en cada pueblo pasaba así, en asociación con gente de esos lugares. Así conocimos muchas historias distintas a las nuestras y eso nos dio alimento para hacer canciones con cosas que no nos han pasado a nosotros pero que nos identifican, que nos sensibilizan: no somos un grupo que hablamos de nosotros nada más.
Pedro: No tenemos el “nosotros” como individuos exclusivamente. Somos “nosotros” como personas, como banda, como vecinos de un lugar, como ciudadanos de un pueblo. El “nosotros” para nosotros muchas veces nos resulta más amplio. Y por ahí una realidad de pueblos mapuches también es “nuestra” realidad. Por eso cuando hablamos, quizás retomemos otras realidades que no son las comunes a todos nosotros. Por ejemplo el disco arranca en Quechua y ninguno de nosotros es Quechua-Aymara ni descendiente de pueblos originarios. Somos latinoamericanos y eso esta acá, somos eso…
Ezequiel: Nació de viajar y conocer gente, y de estar en los lugares. No hubiésemos hecho una canción como “Niña mapuche” si no hubiésemos estado en la comunidad mapuche conviviendo con ellos o la canción de Zanon que esta en este disco: fuimos tres veces a la fábrica. Todo con mucho respeto y con el conocimiento de haber estado ahí.

MC: ¿Qué evaluación hacen de su evolución? ¿Qué diferencia encuentran en lo que era el principio cuando tocaban en la calle y ahora contar con el respaldo de una compañía con la que hicieron el disco?
Ezequiel: La evolución no tiene que ver con la compañía sino con nosotros. La compañía nos da un respaldo, que esta buenísimo: es con respecto a la grabación, distribución y difusión del disco, hasta ahí llega. Todo lo demás lo hicimos nosotros: con los años, con los recitales, seguimos creciendo. Estamos contentos más allá de nosotros como banda, que estamos mucho más afianzados después de haber tocado doce años juntos, el equipo técnico (que son amigos que se fueron sumando a nuestro proyecto) hacen que lleguemos a los lugares de otra manera: como esta el sonido, a que hora se prueba, que hay, que falta; eso permite que nos profesionalicemos cada vez más. La gente se sorprende de nosotros y no es así: somos quince personas trabajando. Se va aprendiendo constantemente: si el escenario se cayó un día que fuiste a tocar, bueno…la próxima no debe pasar.

MC: ¿Ha provocado cambios en ustedes el rodaje de ir tocando a lo largo del tiempo?Pedro: Desde que se arrancó a esta parte, hemos aprendido a laburar. Muchas cosas han cambiado desde que arrancamos: hemos mejorado estructuralmente. Pero otras siguen siendo las mismas, que hacen que sigamos siendo nosotros. Si nos ponemos a pensar que sentíamos diez años atrás antes de subirnos a un escenario y que sentimos ahora, creo que para cualquiera de nosotros sigue siendo casi lo mismo: esa felicidad de poder hacer, de poder crear, grabar un disco, seguir un proyecto. Siempre fuimos un grupo de amigos que nos gusta hacer música.
Ezequiel:
Siempre nos mantuvimos como grupo. De hecho no presentamos a la banda individualmente y uno de los “conflictos” que tenemos con la compañía es ese: no queremos que aparezcan nuestras caras, ni en afiches ni en las tapas del disco. Ahora vamos a tocar en el Luna Park para Sin Estribos y van a ver el afiche: esta la cara de Jaime Roos, Liliana Herrero, el Duo Coplanacu y de nosotros esta el puño con la lanza y dice Arbolito.

Facundo Pereira: ¿Ahí se encontrará con un público del folclore más marcadamente?Ezquiel: No te creas. Jaime Roos es un ejemplo: es un tipo que hace música folcklorica uruguaya y el tipo es rockero. Y vas a ver los instrumentos, los arreglos y el concepto es de rock. Inclusive vas a las peña de "Los Copla" (Coplanacu) en Cosquín, donde hemos tocado en muchas oportunidades, y el público no es estrictamente “folclorista”. Les gusta como a nosotros y a cualquiera de ustedes les va a gustar si escuchan determinado folclore. Es algo que los medios hicieron creer: que el folclore es Argentinísima, que es Maharviz. El folclore se abrió mucho más que el rock últimamente. Quizás en Cosquín nos haya pasado que gente que hace mil años que va, agita los ponchos cuando nosotros tocamos “El pibe de los astilleros” y ni siquiera saben que es un tema de los Redondos. Y eso esta bueno: es romper con estereotipos, con barreras, con inventos. Son como las fronteras, son un invento. Vos vas a Jujuy y vas a Bolivia y en realidad estas en un lugar que es el mismo, la gente es la misma. Las fronteras son un invento al igual que los géneros y por lo general inventos comerciales.

FP: ¿Por qué eligieron “Despertándonos” para titular el disco?
Ezequiel: Es una palabra que esta en la primer canción del disco, que habla de un despertar de conciencia sobre lo que esta pasando a nivel continente, a nivel cultural. En este continente hubo un silenciamiento por otras personas que vinieron de otro lugar del planeta que trataron de aniquilar culturas. Obviamente no pudieron hacerlo y después de mucho tiempo, tenemos la sensación, por lo menos de parte nuestra, de que hay un despertar. Y nosotros somos parte de eso: de ese despertar de conciencia. Quizás sea mínimo, pero es al fin. Tiene que ver con uno mismo, tratamos de hacer las cosas sin depender más que de uno mismo.

Sin dar un vuelco rotundo a la charla, los músicos siguieron el hilo conductor de la charla y dejaron la pelota picando para preguntarles el por qué del nombre de la banda.

Ezequiel: Arbolito es el nombre que lo sacamos de un libro de Osvaldo Bayer, que se llama “Rebeldia y esperanza” y que cuenta en breves párrafos la historia de un ranquel allá por 1800, previo a la Campaña del Desierto, cuando empezaron a extender las fronteras de Buenos Aires y a limpiar la tierra de sus verdaderos habitantes con el pueblo ranquel que eran de los que mas cerca estaban, Buenos Aires, La Pampa, San Luis, Córdoba, y son los primeros en ser barridos. Arbolito era un ranquel que un día en un acto individual espero al Coronel Rauch, que era un militar prusiano que había sido contratado por Rivadavia exclusivamente para matar a los indios. Arbolito lo esperó escondido y lo pasó a mejor vida. Porque Rauch solía ir delante de la tropa, le gustaba hacerse le canchero. “Arbolitos” debe haber un montón en la historia Latinoamericana. Nosotros elegimos Arbolito como un símbolo de resistencia . Y desde ahí conocimos a Osvaldo Bayer, fuimos a la casa a pedirle permiso y él se copó. Empezó a investigar mas sobre los pueblos originarios, y de ahí con Bayer muchos años de amistad. Encontrarnos en lugares raros haciendo lo mismo. Donde va Bayer va Arbolito, se arma el combo. Y la verdad para nosotros haber conocido, y poder ser amigo de alguna manera de este tipo que es un luchador, coherente, honesto, y tiene 82 años y sigue.

MC: ¿Como fue el proceso de laburo para llegar a lo que es el disco que están lanzando hoy? A comparación de los trabajos anteriores que hayan hecho…

Ezequiel: Aprendimos a laburar de alguna manera, con el disco anterior sobre todo, donde tuvimos a Dani Buira como productor.

MC: ¿Como fue laburar con él?
Ezequiel:
Aprendimos mucho. Fue la primera vez que alguien entró a laburar con nosotros; alguien que no era de la banda y entró a decirnos cosas. Primer ensayo, segundo ensayo estábamos: “¿como?, ¿en serio?, ¿te parece?”. Nosotros somos muy abiertos a los que nos digan, pero nos costó bastante al principio. Después nos dimos cuenta que la manera de laburar que proponía era buenísima. Dani nos enseño mucho primero a ensayar, a poder prestarle atención a las canciones, tocarlas mucho, sin parar a cada rato. Nosotros teníamos una característica, que cada canción tenia un montón de melodías, un montón de partes, de cortes, que hacían que frene a cada rato y los ensayos eran bastante pesados, estábamos con un cortecito mínimo 3 horas y ahí Dani nos enseñó a tocar una y otra vez el tema desde principio y no parábamos: lo tocábamos 40 veces y decíamos basta, loco.
Pedro: Y eso hacía que el tema empezara a tomar una onda, a fluir y después venían los cortes, es encontrarle un poco el “groove”, ¿viste como cuando vienen varios negros caminando con onda? Bueno, es eso.
Ezequiel: Y eso se hace tocándolo un montón de veces. Nosotros por ahí llegamos a una parte de un cortecito difícil y nos quedábamos tres ensayos con ese corte, y eso hacía que tardemos mucho en sacar un tema. A este disco llegamos con esa experiencia, y Dani se sumó un poco después, pero ya sabiendo que en tres meses, previos al estudio, ensayando fuerte, armábamos los temas y así fue. Tres meses antes, ya sabíamos que teníamos que ir a grabar en Junio, Julio, y ya el año pasado empezamos a preproducir los temas aprovechando que tenemos un socio en la compañía discográfica. Aprendimos mucho de eso; somos conscientes de la posibilidad que tenemos: poder grabar en un estudio grosso, de poder “desear” como antes no podíamos.

Ya teníamos data sobre la composición y armado del disco, del origen de la banda. Faltaba la frutilla del postre.

FP: ¿Tienen pensado producir algo ustedes para presentar el disco?
Ezequiel: Lo íbamos a hacer en Noviembre, pero salio lo de tocar con Jaime (Roos), en el Luna Park y dijimos: “hagamos esto” y lo vamos a dejar para Marzo o Abril del año que viene. También porque el arte del disco tiene en cada tema un arte distinto y queremos eso digitalizarlo y hacer una buena producción y un espectáculo mas completo. Y aparte hay que hacer sonar los temas.
Pedro: Están empezando a sonar los temas en vivo buenísimo. Yo creo que si esperamos y tocamos un poco en el verano, las canciones vamos a llegar a la presentación con un sonido mas grosso.
Ezequiel: En marzo abril lo presentaremos acá en Buenos Aires, tenemos ganas de tocar en un teatro, es una apuesta mas completa. Y después salir por las provincias a todos lados.

MC: Para la gente que no conoce a la banda ¿Por qué deberían escuchar Arbolito? ¿Como sería su carta de presentación?
-Yo creo que la fiesta que se da en cada recital es muy linda. Tratamos de que sea un ambiente agradable, festivo, lindo, donde la gente se pueda encontrar y disfrutar, que de hecho se da. La falta de perjuicio para hacer canciones, se ve en la gente que va a ver la banda. Si hay un tema con pogo, seguramente no va a ser un pogo salvaje sino que va a ser uno mas bien divertido donde nos cuidamos entre todos. Y después tenes un trencito y un puentecito como en un cumple de 15. Sin prejuicios, donde realmente la gente se relaciona, que es parte de lo que nos gusta a nosotros, y no de ser rockstars que van del escenario a la limousine. Nos gusta mucho encontrarnos y disfrutar de la fiesta, del encuentro, del baile, de las canciones, de cantar, de disfrutar.

Sin prejuicios. Esa parece ser la bandera que alza Arbolito. Que con la lanza en mano y puño apretado llega al Luna Park el 14 de Noviembre en el marco del festival de Sin Estribos con Despertar bajo el brazo. Las entradas para el show pueden adquirirse desde los $40 a través de Ticket Portal, en el estadio o en las sucursales de Locuras de Flores, Once y Belgrano.


Martín Ciraolo / Facundo Pereira

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