El frío de la noche se reflejaba en los rostros de todas las almas que se acercaron hasta el barrio porteño de Palermo. El Teatro Boris, coqueto, prolijo, cueva del jazz, se acomodaba para recibir al “lado oscuro” de Bersuit con Juan Subirá y su puñado de fieles seguidores. Claro, era raro para muchos: el grueso del público –por no decir en su totalidad- que le iba a dar vida al concierto está acostumbrada a reductos de rock. No obstante, el bar/teatro se transformó en auditorio para dejar por un lado la euforia de la distorsión de siempre.Un arranque firme, contundente, diría estratégico: el mash up El tango que no silbó/Menos uno dieron el puntapié inicial para el viaje a las profundidades de Fisura Expuesta, el primer y único trabajo de estudio de la banda de Juan Subirá.

Como para no perder esa atmósfera creada y reafirmar su autodefinición de ser lo oscuro, lo profundo, lo carnal de Bersuit, de las entrañas mismas del escenario emergió Pájaro Negro (cantado por el tándem Miguel Suárez –bajo- y Nano Campoliete –guitarra- y que mostró una soberbia intervención de Guillermo Campano desde el saxo). A continuación, Subirá abrió paso al primer invitado de la noche. Charly Bianco (ex Bersuit, de las primeras épocas) se calzó la guitarra acústica para interpretar una exquisita versión del bersuitero Hecho en Buenos Aires. Mientras Subirá acariciaba suavemente las teclas de su piano de cola, llegó Ilusiones, tema proveniente de puño y letra de Alberto Verenzuela, otro Bersuit; que posteriormente fue acompañada de Al borde y Humor Linyera.
El tecladista y cabeza del proyecto llamó al escenario al Gustavo “Taura” Alonso y a Frichi Fridman, pero mientras descendían por las escaleras en dirección al escenario, Subirá detuvo las acciones. “No, vamos a hacer un cambio de planes: Vamos a estrenar un tema nuevo”, dijo.
“Esta canción nació en Zaragoza, de un cocinero y artista plástico, de su historia de amor imposible” sostuvo Juan, quien completó diciendo que recibió la correspondencia electrónica que le resultó de musa inspiradora para componer el tema, llamado Amor en las gateras.
Tras el impasse y ya con los invitados en escena, Fridman enarboló una frase que luego calaría hondo en el público: “Vamos a descontrolar el lugar”. De esa forma abrió paso a llenar de color el lugar, de la mano de la Milonga del Plomero, que al compás del bombo murguero de Alejandro Caraballo sirvió de excusa para arrancarle unas palmas a la gente. Y seguimos: más ritmo rioplatense con Ezeiza, vieja y querida canción de La Guardia Hereje, como también lo fue Perdidos, canción de Miguel Suarez que forma parte del último trabajo discográfico de Ariel Prat. Continuando con la misma línea autoral, arribó al Boris de Palermo Hollywood otro tema de Suárez denominado Fingiendo; un rock definido con aires de tango, o un tango con aires de rock, como usted prefiera.
Así como lo hicieron De Bueyes y Gustavo Cordera, Subirá también tiene una canción en homenaje a aquel recordado personaje protagonista de La bolsa, de Bersuit; dado que le llegó el momento a Réquiem para Huguito malo, que fue sin lugar a dudas a nivel musical uno de los puntos más altos del concierto.
El público y el escenario venían elevando su temperatura, encendidos a la par. Y la frutilla del postre, o la leña que alimentó más el fuego –como para no cambiar la metáfora- fue la inclusión de Carlitos Martín (Bersuit) a la batería para la canción Clásico Día. Subirá tuvo un ida y vuelta constante con su público; hasta tuvo tiempo para bromear. “Quiero hacer una salvedad, porque hay algunos que van a pensar que esta canción no tiene sentido. Lo lamento por los hinchas de Boca que se lo pierden, pero hoy está dedicado a la gente de Boca Unidos de Corrientes” dijo el confeso hincha de River Plate, que incluso despachó su bronca contra J.J. López por el descenso de su equipo. Entre risas y aplausos que bajaban desde el lado opuesto al escenario, fue tiempo para Tortazo, de Edmundo Rivero, que ofició de cierre del tramo grueso del show.
A los pocos minutos la banda reapareció. Y ese reaparecer hizo que Boris sufriera una mutación, un giro rotundo de 360 grados, quizás producto de la frase que anteriormente habría ensayado Fridman acerca de “descontrolar”. Con los primeros acordes de Negra Murguera, una gran porción del público abandonó sus sitios para ponerse de pie al costado derecho del escenario y bailar de cara a la banda, al ritmo pleno de la murga. Y la gente fue por más: coreó fragmentos de Los Elefantitos, y La Fisura le dio el gusto. Para cerrar con broche de oro, la canción de “la identidad” –Subirá dixit-, Victoria Clara, que fue dedicada a las Abuelas de Plaza de Mayo por haber encontrado y devuelto la identidad a la nieta número 105. La noche se cerró a todo trapo. Una noche en la que Palermo Hollywood, se vistió de rock

Bonus Track! “Ponemos 10 pesos la salida” dijo Subirá, que tras el nuevo reclamo de su público volvió con sus músicos a escena para bajar definitivamente las persianas con Somatizando, canción registrada en el disco de inéditos y rarezas Lados Bv de Bersuit Vergarabat. La próxima presentación será el 30 de septiembre, en La Plata.

Crónica y Fotos: Martín Ciraolo


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