A fines de junio, una gran cantidad de seguidores suscriptos en la web oficial de la banda recibieron un e-mail con la información de que salían por pre-venta 500 entradas a precio promocional para este gran show. Desde aquel momento, se generó una gran expectativa y se catalogó al espectáculo como #ElShowDelAñoLPDA viralizando las redes sociales con dicho hashtag.

Faltando más de una hora para el comienzo, en la entrada principal de Tecnópolis se vivía un clima de alegría y amistad. Muchos fanáticos de todo el país, algunos con disfraces, maquillaje, banderas y globos se agolparon desde temprano para calentar el ambiente. Una vez adentro, la ansiedad de los más de 15.000 presentes se acrecentaba. Faltando diez minutos para las diez de la noche, las luces se apagaron y Las Pastillas del Abuelo salió al encuentro de su gente con “Desde la postura”. 

La primera invitada de la noche fue Bárbara Silva, voz de Mamá Chabela, quien acompañó a la banda en varios temas aportando su increíble instrumento. La lista continuó con “Gobiernos procaces” y “Me juego el corazón”. El vocalista, Juan Piti Fernández tomó la palabra para saludar a su público: “¡Gracias! ¡Qué placer! Buenas noches...¡cuántos vicios hoy! Cuántos viciosos...” y así dar comienzo a “¿Qué vicios tengo?” seguida de “Lo que no se ve” y “Almafuerte” acompañado de su armónica. 

El público estaba enardecido y aportando su gola a todas las canciones con la pasión que los caracteriza. Así, la lista siguió con “La cerveza”, “Perdido”, “¿Hacia dónde voy?”, “Diosa de la transformación” e “Historias”. Una vez más, “Piti” agradeció al público presente y pidió que al saltar lo hagan en el lugar o para atrás ya que la valla estaba colmada de gente. Aprovechó para bromear diciendo que “es una costumbre en los recitales orientales”. A continuación, arrancó con un set tranquilo con las canciones “Candombe de resaca”, “Intruso”, “Viejo”, “Contra viento y marea” enganchada con “Zona de promesas” de Gustavo Cerati y “Casualidad o causalidad”.

El show llegaba a la mitad y se llenó de energía, pogos y rondas con “Hasta acá nos ayudo Dios” y “Locura y realidad”. Siguió el reggae “Viles medios”, una canción que reproduce un tema muy importante en la coyuntura tanto política como social de la actualidad. “Seguimos che: ¡SKA!” exclamó Fernández para dar comienzo a “Por colectora”, tema que precedió a la tranquila balada “Quién sabe”. Antes de dar comienzo a “Hinchadas”, un tema de lo que se viene próximamente, Piti señaló “A ver si pueden volver las familias a las canchas, eh”.

Vamos con el tramo final, a dejar todo acá, ¡FIESTA!” vigorizó el frontman de la banda. En el medio del estadio se formó un pasillo de gente en trencito con gran cantidad de globos y papelitos al escuchar el comienzo de “Ratón” y se agudizó el pogo con “¿Qué hago yo esperando un puto as?” y “Otra vuelta de tuerca”.

El vocalista se calzó la guitarra criolla y arrancó con “El hombre mosca” sorprendiendo a todos los presentes con un tema que gusta mucho y no suelen tocar seguido. Luego siguió “Ojos de dragón” y “¿Qué pretendo no saber?”, ésta última con Pablo Mantinan, actual pianista de Coverheads y Estrella India, como invitado en teclados.

A continuación, subió al escenario el Negro García López con una previa presentación que previno que iba a explotarles la cabeza a los pastilleros con su solo de guitarra. Así fue en “El enano” que fue enganchada con “Rezo por vos”, el emocionante tema compuesto por Luis Alberto Spinetta y Charly García.

El show llegaba a su fin aunque la energía del público parecía no acabarse nunca. “¿Cómo agradecerles tremenda noche? Es GRACIAS, es eso. Que se repita” fueron las palabras que antecedieron los últimos temas “Tantas escaleras” y “Viejo Karma”. La banda se despidió y sus siete integrantes se retiraron del escenario ovacionados y aplaudidos.

El estadio se iba vaciando de a poquito, un cuarto del público ya se había retirado. De repente, las luces se volvieron a apagar y la banda volvió a aparecer. “No todos los días se toca en un lugar así con tanta gente efervescente” exclamó Piti. La gente que ya estaba afuera volvió corriendo al interior del recinto y la fiesta explotó con “El cowboy”.

Ahora sí, el show había finalizado. La banda se retiró definitivamente y el público extasiado no dejaba de sonreír. Casi tres horas de show, más de 30 canciones, una puesta en escena impresionante con grandes pasarelas que permitía el acercamiento de los músicos con su público y la fiesta de siempre. Las Pastillas del Abuelo dio el show del año y se cargó de la energía suficiente para seguir gira por el interior: Córdoba, Mar del Plata, Necochea, Rosario, Capitán Sarmiento y también destinos internacionales: México, Chile y Uruguay.

Crónica: Brenda Bocchigliere
Fotos: Yamil Emanuel Daboul
(Agradecemos mucho a ambos por esta crónica).

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