La recepción era muy sencilla: los que llegaban el sábado desde las 21:00 eran recibidos con malabares y acrobacias por parte del Circo Clowndestino. Los cumpleañeros invitaron a Fantasmagoria, Gran Martell y a Edu Schmidt, quienes agasajaron al público con algunos temas hasta que llegase la hora del plato principal. El salón elegido fue el Microestadio Malvinas Argentinas, que aunque no estaba lleno del todo, los presentes se aseguraron de poner cuotas extras de euforia para vivir una fiesta a todoterreno. Algunas, con vestido largo; los chicos, mas bien informales; los quinceañeros, de esmoquin.
Kapanga, un grupo de pibes que una vez se juntaron a tocar canciones de La Mona Jiménez, cumplió 15 años y no dudaron en mostrar cómo habían llegado hasta ahí. Cerca de la 1:30 de la mañana comenzó a rodar un video con imágenes de sus primeros shows, giras, entrevistas y anécdotas en las que se notaba que no la pasaban nada mal. A las 2 en punto irrumpieron en el escenario y “El universal” fue el tema elegido para abrir la velada. Los globos inundaron el campo; la fiesta había comenzado. Los fanáticos cantaron con mucha energía “Fumar” y el cuarteto rockero “Mesa 4”. Pegado le siguió el poderoso y violento “Demasiado”, que logró que el público se descontrole por completo.
El primer invitado de la noche fue Pablo Coll, guitarrista de 2 Minutos, quien subió al escenario y sin perder tiempo se prestó para realizar una versión más punk de “Labios”. “Trajimos de todo, incluso torta. Nos faltaron las velas, pero igual tenemos un montón para armar”, bromeó Mikel. Luego sonó “Miro de atrás”, el primer corte y difusión de su última placa.
Para recordar los temas que hace mucho que no tocan hicieron un compilado, en este caso, del disco “Botánica”. Uno atrás de otro, “Quiero más”¸ “Extraño”, “Claro de luna” y “Cien huevos”, causaron que los kapangueros llenen de aplausos el microestadio. “Indultados” contó con la participación de Andrés Giménez, guitarrista de D-Mente, quien fue anticipado por el Mono como alguien que los vio en la presentación de su primer disco “A 15 cm de la realidad”. Giménez le contestó: “Lo que me mata de Kapanga es la humildad que tienen” .
“Ahora que no se puede fumar en ningún lado lo trajimos a Ramón”, anunció el Mono y dio paso al clásico y divertido “Ramón”. Un segundo compilado repasó canciones como “La caravana”,“Maté a mi madre”, “Elvis” y “Una nube”, con el ex kapanga Marcelo “Balde” Spósito como invitado de lujo. La primera parte del show había finalizado y los fanáticos no dudaron en despedirlos (aunque por unos minutos) al grito de “soy kapanguero, es un sentimiento, no puedo puedo parar” .
Algunas sorpresas se dieron antes de que comience la segunda parte. El carismático cantante sorteó remeras, zapatillas e incluso un fin de semana en Córdoba, premio que obtuvo en el programa “Justo a tiempo”. El amanecer se acercaba de a poco, por eso se apuraron y tocaron“Un lugar” , que fue muy coreado por los presentes. Pegado, realizaron otro compilado de su primer disco. El público enloqueció con temas como “Cecator el borracho”, “Agujita de oro” y“Mujeres”.
El show de luces se de detuvo por un momento y el devoto del Gauchito Gil anticipó una “joyita” de la noche: “Éste tema es de unos amigos que no pudieron venir porque están trabajando”. Inmediatamente sonó una versión muy rockera de “El probador”, un git del grupo Virus. Los seguidores no salían del asombro que les generaba todo lo que Kapanga les estaba regalando, y es que la fiesta parecía no tener fin. “La taberna” y “Bisabuelo” originaron grandes pogos, por lo que el Mono pidió que no se maten. Para mantener el espíritu bien en alto tocaron “En el camino” y “Me mata”, clásicos de hace muchos años. A continuación, Claudio Mafia en la batería, pronunció una frase que cualquiera contestaría con un gran si: “¿Quieren rock carajo?”. El público vibró enérgico al ritmo de “Rock” mientras que la voz del grupo se empecinaba en demostrar sus habilidades con un skate. El final del show había llegado.“Esta noche no duerme nadie. Vamos por quince más”, anunció luego, y los primeros acordes de “El mono relojero” cerraban la noche con broche de oro.
Los kapangueros se deleitaron con un show en el que divertirse parecía ser la única opción. Luego de más de tres horas de recital, otra vez los cantitos desde el campo dejaron bien en claro la lealtad de los seguidores para con la banda. El saludo final fue un “hasta luego”, y así, revelaron que el grupo va por muchos años más. Celebraron como quisieron: invitados de lujo y un público que les manifiesta su afecto en cada encuentro. Pero a ésta fiesta de 15 le faltó lo más importante: la torta... Ah no, ahí está! Feliz cumple Kapanga!.
Crónica y Fotos: Nicolás Lopez Becerra
El horario del show fue ese... Y el resto no puedo ponerlo todo! La crónica sería mucho más larga, solo escribo lo más destacado.
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