El quinteto denominado Verte Bien se dispuso a cerrar el año. Año que marcará a la banda: la salida de su primer material discográfico “Ensueños” era más que una excusa para cerrar a lo grande el 2009. Así Juan Ignacio Cinetto salió con unos anteojos un tanto extravagantes a escena para abrir el show con Escondida en el cielo, una chacarera-rock que resultó ser una buena decisión para la apertura. La gente ya aclimatada (no sólo por el primer tema sino además por la presencia anterior de X por esa esquina y a la espera por Mortales Escabeches). A continuación, sostenida por una gran base de Victor “Poroto” Jahni -quién se caracterizó por su precisión a lo largo del show- llegó Ladrón de sonrisas, uno de los puntos más altos de Ensueños (en el trabajo de estudio cuenta con el charango de Lucho Katz de Pampa Yakuza).

Nada se resuelve evitando problemas” cantaba Cinetto en el momento en el que había un cambio de atmósfera; Verte Bien hizo un salto de género: así se llegó al reggae de la mano de Fuera de mí. Como para continuar en la misma línea, más reggae con Otra guerra en Midiam, tema nuevo que no forma parte del track list del flamante disco y Cleypsidra.



Con letra de Facundo Bressan, la siguiente canción fue Igual que ayer, donde el mismo Bressan deleitó al público con un exquisito punteo que culminó con aplausos en todo el recinto. Manteniendo el concepto de saltar de género en género, de explorar en el repertorio y sobre todo de continuar ahondando en la presentación de los temas de Ensueños, un reggae con aires de funk, Poco a Poco, para luego mutar hacia la murga: silla en el centro del escenario, guitarra acústica y micrófono principal para Pablo Duca que cantó La murga del santo pecador. Mismo hilo conductor, mismo aire murguero para Sobreseído, que abrió la puerta para Barrabas, otro tema nuevo.

Me pongo mi campera sin más preocupación, en marcha mis dos piernas yo me voy” se escucha cantar a Cinetto en Hoy me voy de acá, que permitió a los Verte rockear un poco a traves de sus dos guitarristas sostenidas por el bajo de Mariano Pittaluga. El concierto ya había entrado en su tramo final: De bestias y princesas y Baila fueron las últimas dos canciones de un concierto muy prolijo a nivel musical que además terminó a pleno, con el público saltando. Quizás un poco deslucido en algunos tramos por la claridad del sonido (la voz no se escuchó al 100% nítida; los instrumentos afortunadamente sonaron correctamente) es detalle no influyó de forma determinante en la performance del quinteto. La gente despidió con aplausos a una banda que viene trabajando duro y que en los últimos meses ha mejorado notoriamente su producción y que con disco en mano se lanza definitivamente en un proyecto a largo plazo.



Crónica y Foto 1: Martín Ciraolo
Foto 2: Roy Magariños

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