Una vez más, los adolescentes estaban de fiesta, y es que El Otro Yo se presentaría nuevamente en el Salón Dorado de Capital Federal para presentar “Ailabiu”, su último disco de estudio. Pero para no decepcionar a sus seguidores, la noche del viernes venía acompañada con temas de su segunda placa “Mundo”. Desde temprano, los jóvenes formaron fila para acceder al lugar y, aunque no estaba lleno, se encargaron de poner cuotas extras de euforia para vivir una fiesta a puro punk.

Pasadas las 22:30, las luces se apagaron por completo y, Cristian y Fernanda Aldana, se subieron al escenario: ella con el teclado; el con la guitarra acústica, para tocar juntos “Volar”, el primer tema de la noche. Aunque por unos minutos reinó la tranquilidad en el campo, rápidamente el primer gran pogo llegó de la mano de “Siempre fui yo”, primer corte y difusión de “Ailabiu”. Los cantitos de los fanáticos no se hicieron esperar: “Vamos el otro yo” gritaron con energía luego de sonar “Caries”, “Olvidar” y “Astronauta”. “Muchas gracias”, fueron las sencillas palabras del carismático cantante y automáticamente se preparó para una furiosa versión de “Dios”, que incluyó gritos desenfrenados por parte de Fernanda.
El show continuaba con las idas y vueltas entre los discos, por lo que no faltaron temas como “Acuario”, “Dibujito” y “Células madre”. Chicos y chicas, nadie paró de poguear y de hacer mosh mientras sonaba con violencia el clásico “69”. “Éste tema se llama Tiburón”, anticipó Cristian y así, sonó otra de las canciones que componen “Ailabiu”. Luego de “Extraterrestre”, el cantante pidió que el público tenga cuidado cuando hacen mosh, casi definiendo como se vivía la agitación constante del campo.

“Una vez más gracias por asistir”, repitió Fernanda y enseguida los seguidores pudieron disfrutar de “Llévame” y “Mira”, temas que pertenecen a “Mundo”. Había pasado más de la mitad del recital cuando, con el escenario un poco frío, Cristian comenzó a hablar para romper el hielo: “Yo tenía una novia en el año 92. Cada vez que terminaba de visitarla se me cruzaba por la cabeza ‘¿dónde está tu chica?’. Entonces, volvía corriendo y me quedaba en la puerta para vigilar si estaba con otro”. Le siguió un “¡basta de celos!” para dejar el camino libre a “Hey tonto!”.

“¿Les gusta que les cuente mis historias?”, bromeó Aldana y otra anécdota pareció develar el significado de “Moquiento”. De a poco se acercaba la media noche y no había tiempo para perder: el lugar se llenó de aplausos y gritos luego de que tocaran “A.D. 90” . “El mejor momento para componer es cuando vas al baño”, señaló Cristian para anticipar “Hombre de mierda”. El momento más esperado de la velada había llegado: el sorteo de la guitarra autografiada por ellos. Luego de anunciar al ganador pidieron: “¿Quiénes suben? Vamos a bailar!”. Un grupo de fanáticos ocupó el escenario mientras sonaba “Velero”, la última canción del recital.


Pasadas las 12 de la noche, El Otro Yo finalizó su show y dejó satisfecho a casi todo su público, por lo menos a los que querían escuchar canciones de “Mundo”. Algunos problemas de sonido opacaron la presentación de los temas de “Ailabiu”, que obtuvo buena respuesta de parte de los seguidores. Los eternos chicos demostraron una vez más el potencial y la energía que tienen para transmitir a través de las letras. Mientras tanto, otra fecha les permitiría sumar al repertorio los temas que pertenecen a “Abrecaminos”, el sexto disco de estudio. Para seguir con la presentación de la última placa, a Eoy le espera algunas fechas en los países vecinos, empezando por Chile.

Crónica y fotos: Nicolás Lopez Becerra

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