"Para los que decían que no estábamos vivos" sostuvo Daniel Suárez, voz líder de De Bueyes al cierre del concierto. Con un repaso por todo el repertorio de la banda más alguna que otra perlita de Bersuit, el quinteto volvió al ruedo en Capital Federal y retornó tras el parate.


Las luces bajaron y de a uno los integrantes de De Bueyes se arrimaron al escenario. "Cómo extrañábamos esto", encabezó Daniel Suárez antes de dar el puntapié inicial. Un comienzo a puro rock: Navegar se abrió paso, a pura guitarra y con un furioso bajo de Pepe Céspedes.



A continuación, la banda se remitió al material registrado en su única placa discográfica, siendo el turno de Tardecitas, que mostró a Germán "Condor" Sbarbatti con la guitarra acústica calzada a sus hombros. Mientras tanto, un coro bajaba desde el otro lado del escenario, al compás de la batería de Cristian Bormeo, que se agitaba desde las profundidades de la tarima.

Tras el regreso de la banda que vio nacer a De bueyes, Bersuit Vergarabat, era el primer concierto en el operativo retorno. Y como para no extrañarse tanto después de las presentaciones en México, el primer y único invitado de la noche se hizo presente en escena. De esa manera, Juan Subirá encargado de los teclados, subió para realizar una muy prolija versión de Transparencia.


La próxima sería Me da igual, por lo cual el autor de la canción continuó a bordo de su teclado para la interpretación del mismo, tema para el cual el público coreó en algunos pasajes sin apoyatura de los vocalistas sobre el escenario. Los ánimos estaban por las nubes, incluso algunos eufóricos llegaron a discutir fuertemente, tranquilizándose a pedido de la banda. No obstante, esto no fue motivo para interrumpir el recital y la banda estaba lista para "salir a deambular" como lo sostiene Canción instantánea, que fue la elegida para reanudar el concierto.



"A ver si alguno me ayuda a cantar éste que no me acuerdo la letra" graficó Osky Righi antes de sumergirse en el disco de inéditos de Bersuit "Lados Bv" para traer a la superficie Ufffff y tranformarlo en el primer recuerdo a la banda madre en la noche. Mientras tanto, Martín Pomares aprovechaba para desplegar sus dedos sublimemente sobre su guitarra color rojo, destellando talento desde las seis cuerdas.


Otra vez Subirá arriba para realizar otro de su autoría: Entrega, que fue ofrecida en una prolija y por demás exquisita versión. "A muchos nos sanó el alma, calculo que a ustedes también; por eso es tan importante para nosotros este tema", se despachó Suárez. La atmósfera transformó ese momento en uno de los más emotivos de la noche, y en ese momento tan especial tras las palabras de Dani quien pasara a la guitarra acústica, arribó a Unione e Benevolenza una que poco suena en los recitales de De Bueyes, como lo es Maricón -que cuenta con la coautoría de Gustavo Cordera- Las voces conjugadas del duo Sbarbatti-Suarez al mismo tiempo que Osky se lucía con la viola convirtió ese momento en uno de los épicos de la noche.
Siguiendo en esa sintonía, otra de Lados BV, Es así tuvo su toque de gracia cuando Suarez se animara a cambiarle la letra cantando "Se gana de mano, se pierde un hermano", perlita que pocos agarraron en el momento. Tras la ovación para Céspedes -autor de la canción- era momento de cambiar el aire de la mano del hit De una pasión y de la "nueva vieja" (Suárez dixit) Lo que era de los dos, homenaje a Huguito personaje que inspirara La Bolsa de Bersuit.





El público pedía canciones de Bersuit y la banda retrucaba con canciones de De Bueyes. "Queremos tocar estos temas, venimos tocando mucho Bersuit". Pese al poco tiempo de ensayo la banda estaba sonando por demás prolija.

En conversación con Pepe Céspedes, nos comentó las viscisitudes de la vuelta a casa, luego de retrasarse un día el regreso. Pero no pesó, por eso Anclado sonó muy poderosa, tanto como Decisiones acompañada de las palmas de la gente para redondear la chacarera-rock.

Y más rock: Un dicho popular y el único cover de la noche -quitando los de Bersuit- Out put Input de Andrés Calamaro que brilló en un exquisito mash up con La parada. Hacía falta respirar. Hacía falta aire. Ese aire llegó con Dartagnan, otra de las canciones cuya letra a libre interpretación puede ofrecerse como disparador hacia cualquier parte.
Había que bajar un cambio y De Bueyes hizo una correcta lectura del show desde el armado mismo. Las luces bajaron y los músicos salieron de a uno del escenario. No había demasiado tiempo. Sí lo hubo para una de las canciones que se ha transformado en el símbolo de esta etapa: Esperando el impacto. Un poco de insistencia del público y hubo otro bonus track bersuitero, Porno star.

Era el cierre de la vuelta tan esperada por la gente tras la vuelta de Bersuit, sin olvidar que los recitales de De Bueyes se habían convertido en focos de resistencia para la vuelta de una de las bandas más convocantes de la escena local. Con las canciones ya terminadas para grabar el disco nuevo de Bersuit y con otra pila para registrar una nueva placa de De Bueyes, los músicos se encuentran a pleno. De Bueyes pisó fuerte y demostró que continúa vivo.

Crónica y fotos: Martín Ciraolo

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