Ayudó todo: el clima, la expectativa, el lugar, la gente... las pastillas! La inauguración del predio al aire libre del Malvinas Argentinas sería con una gran fiesta en el que todos aportarían algo. Desde muy temprano, las remeras de LPDA colmaron la zona. Aquella plazoleta, punto de referencia para encuentro, se vio colmada de seguidores zapando, disfrutando de algunas bebidas e incluso preparando globos y trapos para hacer de este show, algo único. Sería la última presentación de la banda antes de grabar disco nuevo, por eso, “Desafíos” tendría un lugar especial en la lista.
A penas minutos pasadas las 20hs, la banda salió a todo trapo y Piti Fernández atinó rápido: “Buenas Noches. Vamos a repasar la historia de la banda”. Así, con una versión a puro rock and roll, sorprendieron al público al abrir con “Piojoso”. Seguidas y cumpliendo la promesa del frontman sonaron “Envuelto en soledad” y “Mira la luz por mi”, que mantuvieron el agite de los fanáticos en alto.
El primer invitado de la noche no tardó en llegar y, consigo, la impronta de la despedida de “Desafíos”: en el escenario se acomodó Carucha Podestá (voz de Coverheads) que llevó el descontrol de la mano de “Cambios de tiempo”.
Ellos recorrían el escenario y los ritmos iban acordes a la enorme escenografía, pero el público también supo ser un gran protagonista cuando dejó la voz en “Perdido”. “Gracias por todo el aguante; a los que vinieron de todos lados, gracias por todo este tiempo”, se sinceró Piti para dar paso a los vientos y hacer “Peldaño”.
Para continuar con la despedida, una atrás de otra pasaron “Diosa de la transformación”, “Fuerza, locura y libertad” y “El fondo de tu vida”. Con apenas unos pocos acordes de “Tantas escaleras”, los fanáticos enloquecieron y siguieron la canción al pie de la letra. Sin mediar muchas palabras llegó otro gran invitado a las tablas: con la viola ya calzada apareció Emanuel García Lopez (el hijo del Negro García) para acompañar a la banda en “Enano”. Y como si fuese poco, el ska “Viles medios” estuvo ´vigilado´ desde la trompeta por nada más ni nada menos que Hugo Lobo.
“Leer es como teletransportarse”, acotó el carismático cantante para darle rienda a “Leer y escribir” mientras se empeñaba más bien en recitar con un libro en la mano. Ya en la recta final del recital la energía parecía no terminarse y los coros no se hicieron esperar en temas como “Que hago yo esperando un puto as” y “Ojos de dragón”, en el que la instrucción fue con el Piti en la acústica.
Casi dos horas y media después y con quince mil almas exaltadas, la velada cerró a puro pogo y canto con “Otra vuelta de tuerca” y ante la insistencia se le acopló “El Cowboy”. Contundente de principio a fin, repasando su discografía y demostrando toda su energía, Las pastillas del Abuelo volvió a plantar fiesta siempre innovando y destacándose por su sonido y convocatoria. Cuatro años después, “Desafíos” se prepara para tener un sucesor (bastante esperado), aunque sus seguidores, nunca dejaron de creer y apostar por los proyectos de esta banda que no para de crecer, sin olvidar nunca el camino recorrido.
Fotos: Facundo Pereira // Album completo
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