Mucha era la expectativa. Quizás, por el reciente fraccionamiento de Bersuit y el arribo de proyectos individuales que salen por lo colectivo, el nacimiento de una nueva versión de Gustavo Cordera llamaba la atención. Con un estilo distinto al de tantos años con su banda madre, cambiar estadios por un teatro no era tarea fácil. Mujeres pasados los cuarenta, adolescentes en su mayoría de sexo femenino, más algunos curiosos y un gran puñado de bersuiteros ayudaron para llenar el recinto (a un 90%).

El escenario, con paneles rojos con espejos, acondicionaban una atmósfera pop. La aparición de Cordera con un chupín negro, camisa roja y un pañuelo en la cabeza que cubría la pelada, a simple vista fue extraño para la imagen construida tras tantos de años de subir a escena vistiendo pijamas. Aprendí a esquivar dio el puntapié inicial al show, que mostró a Marcelo Predacino (quien grabara y tocara en vivo en algunas oportunidades junto a Bersuit) tocando el charango, sosteniendo la canción de punta a punta, demostrando desde el arranque mismo que gran parte de show sería sustentado por él (luego de la mano de su guitarra española y la eléctrica en algunos temas); además de una gran base proporcionada por el bajo de Pepe Fino Oreggioni. El público se encendió tras la aparición del hit Me la juego a morir, pegadizo por donde se lo vea, para luego la inclusión de Tan cerca cerca.
Pensé que se venía una reprimenda. Gracias por el apoyo a éste proyecto.” Dijo el Pelado en lo que fue su primer contacto con el público, a lo que completó: “De tanta pasión, de tanta ceniza…el amor renace, como una mariposa” interpretable de muchas formas, para abrir paso a Aprendió a volar.

Con la permanente apoyatura en los coros de Cecilia “Meni” Sbarbatti, Stella Maris Céspedes y Daniela González y un gran desempeño de Chacho Piris y Martín Pomares en guitarras eléctricas (“sobreviviente” de Bersuit que, en algunos momentos del show se lo vio un tanto desconectado del espectáculo), permitieron que Volátil sea uno de los momentos musicales más altos de la presentación. Incluso Cordera se puso a improvisar tan característicamente como lo hace siempre: “Acusaciones, enfrentamientos, futuro incierto” comentarios fácilmente vinculables con el presente; además se dio el lujo de terminar arpegiando con su zurda guitarra. “No hay ciclo sin disolución aunque lo nuestro solo fue una eterna venganza (…) Tras el dolor, la soledad, tras el vació, un nuevo amor, miedo a la nada”, dice la letra de Almas armadas; mensajes encubiertos en letras no paraban de resonar el en Rex, como también lo hay en canciones de De Bueyes, mientras desde la platea se escuchaban algunos “Volvé Pelado!”. Más alla de la oscuridad y Mensajera fueron los temas que sonaron a continuación. Más tarde, en Confío, fue la primera vez en la noche que se lo vio al Pelado sin la guitarra, lo que le permitió acercarse un poquito al público, pidiendo palmas, mientras Matías Ruiz le aportaba un gran respaldo desde la batería.

El primer tramo del show se había disipado. Sillas al escenario para un set acústico: No hay monstruos invencibles, cantada a duo por Yanella Cordera y su padre: su dulce voz hizo de la canción un exquisito momento en la noche, sumado a las tres guitarras que acompañaron al duo. No obstante, me animo a abrir otra etapa en el show: “Vamos a sumergirnos en el pasado, producto de un viaje…de un hermoso viaje” decía el cantante que, dedicándole el tema a “su amigo” –como lo calificó- Germán “Condor” Sbarbatti (a propósito, único Bersuit presente) llegó una distinta pero buena versión de un himno bersuitero como lo es El viento trae una copla, hecha a cinco guitarras. La gente se transformó: Bersuit! Bersuit! Bersuit! acompañado por palmas, el público necesitaba saciar su sed bersuitera. Madre hay una sola y Mi Caramelo –en una versión cumbia/pop un tanto rara- cantada a dúo con Federico Lima de la banda uruguaya Socio completaron ese mini segmento del “pasado”. La lluvia, Nunca nadie -tema con un dejo bersuitero y en el que se reactivó Martín Pomares para sacar a relucir su mejor versión- más Huguito en retirada –canción dedicada a Hugo Gorostidi, staff de Bersuit recientemente fallecido e inmortalizado en el tema La Bolsa-, cerraron la presentación.


Obvio que faltaban los bises. Cordera anunció su vuelta en minutos, tiempo que tardaron los stage en acomodar instrumentos y la gente de escenografía para redecorar el escenario: guirnaldas de fiesta poblaron el Rex y los músicos volvieron con un look “cumbiero” para lo que (según la lista de temas) se tituló Baile: casi veinte minutos de un popurri cumbia/ska/latino que hizo bailar a todo el teatro. “Es un asalto de cumbia! Arriba las manos, la gente, las manos!” “No es que sea viejo, es que tengo a un niño adentro” con un estilo muy similar a Va por Chapultepec, hacia sonar la banda. Aplauso y saludo final y el show que se iba. No obstante, hubo tiempo para un bonus track: Sencillamente, reversionado a un ska muy movedizo culminó con la gente pegada al escenario caldeando ese clima frio de teatro que hubo al principio del show, aproximándolo al concepto bersuitero de siempre.

La gente aplaudia y no se iba. La banda para satisfacer a su publico salio a uno de los balcones del hall del Rex para seguir zappando durante algunos minutos. Asi Cordera hizo su debut en Buenos Aires. Un show en el que no solo cumplio sino que dejo satisfecho a sus fans. Aquellos que quieran escuchar Bersuit, de las fracciones desprendidas de la banda original Cordera no es el mas aproximado en cuanto a música; no obstante, su voz le da una impronta a la que los demas no podran lograr, por el carisma y el lugar que ocupaba el Pelado en el octeto surgido en el barrio de Avellaneda.

Crónica: Martín Ciraolo
Fotos: Facundo Pereira

2 comentarios :

  1. version cumbia/pop la de mi caramelo?, que estuchaste?, eso suena rarisimo, pero la canción no sonó rara. Era reggae en todo caso.

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  2. YO ESTUVE UN SHOW MARAVILLOSO, TUVE LA SUERTE DE ESTAR EN PRIMERA FILA Y LO DISFRUTÉ POR COMPLETO. TE BANCAMOS PELA

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