La noche del viernes se plagaba de nubes tan velozmente como la gente comenzaba a poblar el Buenos Ayres Club, donde funcionó alguna vez el Teatro Arlequines. Las almas que se acercaron al barrio de San Telmo esperaban recibir una buena dosis de rock: del rock de MamaBirra. Esa combinación de rock and roll, ska, murga y algún género más suelto en el medio.
Un cartel grande al fondo, por detrás de la batería de Sergio González, con la chapita de cerveza que hace las veces de logo de MamaBirra se presentó en escena respaldando a los músicos.
"Enredadera", "En frente" y "Te vas" fueron los temas que abrieron el repertorio. Pegadito: "Barreda", un rock and roll bien definido donde Alberto Nanzi tuvo su momento para lucirse con la armónica. A partir de allí, el abordaje del show fue rondando el andar por diversos géneros: "Carnavalito del sur", seguido de "Redondeando" (una fusión rock-tango por demás interesante) y un poco de cumbia con Bar de los finados.
A la voz, carisma y presencia de Diego Gagliardo se sumó Adriana Beltrán (cantante de Aguja en un pajar) para cantar una dulce balada titulada "Sarandí", que cuenta una historia de amor como tantas otras canciones. Además de invitados, MamaBirra se dio el lujo de incluir un cover:"No se va a llamar mi amor", de Charly García. No obstante, la gente necesitaba una dosis de algo más. Y ese algo más venía relacionado con tener que dejar sus asientos para ir a saltar delante de cara a la banda. MamaBirra leyó a la perfección el concierto y allí introdujeron "Camino de costado": un ska bien definido sostenido desde el teclado de Germán Coppola. Y el público pedía más: ahora iban a sumar sus gargantas a "En el jardín", quizás uno de los puntos más altos de la noche.
Las guitarras de Lucas Mc Cain y Pedro Cecchi en coordinación durante toda la presentación, alternaron durante todo el show las bases y los solos. Ambas violas, conjuntamente con el bajo de Martín Lopez Mateos, mostraron la solidez del momento por el que pasan; momento en el que tienen a punto caramelo el material de estudio próximo a salir, que contó con la producción de Ricardo Tapia, cantante de La Mississippi.
Los ánimos estaban por las nubes. Para el último tramo quedaron "Último rock", "Realidad", "No manzana", "Formosa" y "Balada". De esa forma, tras un poco más de hora y media, MamaBirra no solo cumplió con su público sino que puso sobre la mesa una parte de lo que tiene para dar. Ahora será tiempo de trabajar sobre lo nuevo y seguir presentándole a la gente todo lo que resta por mostrar.
Crónica y fotos: Martín Ciraolo
Un cartel grande al fondo, por detrás de la batería de Sergio González, con la chapita de cerveza que hace las veces de logo de MamaBirra se presentó en escena respaldando a los músicos.
"Enredadera", "En frente" y "Te vas" fueron los temas que abrieron el repertorio. Pegadito: "Barreda", un rock and roll bien definido donde Alberto Nanzi tuvo su momento para lucirse con la armónica. A partir de allí, el abordaje del show fue rondando el andar por diversos géneros: "Carnavalito del sur", seguido de "Redondeando" (una fusión rock-tango por demás interesante) y un poco de cumbia con Bar de los finados.
A la voz, carisma y presencia de Diego Gagliardo se sumó Adriana Beltrán (cantante de Aguja en un pajar) para cantar una dulce balada titulada "Sarandí", que cuenta una historia de amor como tantas otras canciones. Además de invitados, MamaBirra se dio el lujo de incluir un cover:"No se va a llamar mi amor", de Charly García. No obstante, la gente necesitaba una dosis de algo más. Y ese algo más venía relacionado con tener que dejar sus asientos para ir a saltar delante de cara a la banda. MamaBirra leyó a la perfección el concierto y allí introdujeron "Camino de costado": un ska bien definido sostenido desde el teclado de Germán Coppola. Y el público pedía más: ahora iban a sumar sus gargantas a "En el jardín", quizás uno de los puntos más altos de la noche.
Las guitarras de Lucas Mc Cain y Pedro Cecchi en coordinación durante toda la presentación, alternaron durante todo el show las bases y los solos. Ambas violas, conjuntamente con el bajo de Martín Lopez Mateos, mostraron la solidez del momento por el que pasan; momento en el que tienen a punto caramelo el material de estudio próximo a salir, que contó con la producción de Ricardo Tapia, cantante de La Mississippi.
Los ánimos estaban por las nubes. Para el último tramo quedaron "Último rock", "Realidad", "No manzana", "Formosa" y "Balada". De esa forma, tras un poco más de hora y media, MamaBirra no solo cumplió con su público sino que puso sobre la mesa una parte de lo que tiene para dar. Ahora será tiempo de trabajar sobre lo nuevo y seguir presentándole a la gente todo lo que resta por mostrar.
Crónica y fotos: Martín Ciraolo
el show estuvo barbaro. GRACIAS MAMABIRRA Y MID ROCK POR CUBRIRLO.
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