El ahora septeto presentó su último trabajo de estudio producido por Cachorro Lopez. Con un Luna Park lleno repasaron gran parte de su discografía y hasta se dieron el lujo de invitar a La Franela a tocar un tema de ellos.
Pero el tiempo pasó. Y pasaron De
Bueyes, La Fisura, La Demanda… proyectos individuales aunque colectivos.
Discos, recitales menos masivos, la vuelta al under. Y un día, Bersuit Vergarabat volvió. Y ya va para
un año: qué mejor que homenajear el renacer de la banda con un disco y una
presentación en el Luna Park, como
en las viejas –o no tan viejas- épocas.
Dos pantallas gigantes a los
costados del escenario transmitieron el partido de la selección argentina para
que los bersuiteros amenizaran la espera. Apenas finalizó el cotejo las luces
bajaron, los corazones aumentaron sus pulsaciones y las gargantas se
encendieron. Cuenta regresiva en la pantalla de fondo y los músicos salieron al
escenario que ahora se recuesta sobre la popular que da a la calle Lavalle
antes de llegar al cero. Saludaron a su público e irrumpieron de lleno con Cambiar el Alma: bien arriba con esa
cumbia-rock pese a algunos inconvenientes en el sonido. “Un poco de hoy y de ayer” decía Daniel Suárez post La serpiente y previo a La
Soledad, uno de los hits siempre coreados por la monada.
El campo estaba lleno. No
rebalsaba de gente, es verdad. Pero contaba con la cantidad justa de gente para
que nadie la pase mal, para que nadie se desmaye. Lugar ideal para que los que
quisiesen bailar lo hicieran, para que los que quisieran hacer pogo lo hagan
también. No tardarían en llegar algunos temas viejos: Desconexión Sideral, con la incursión de Juan Subirá cantando gran parte de la canción, y De onda, con un Albertito Verenzuela ubicado –como siempre- a la izquierda del
escenario. El guitarrista permanecería en el centro de las miradas, ya que le
tocó el turno a otro tema de La Revuelta: Es
solo una parte, esa que en el disco cuenta con la participación de Andrés
Calamaro.
Los brazos se balanceaban de acá
para allá durante Danza de los muertos
pobres, y mientras algunos bailaban otros saltaban mientras se esuchaba El Viejo de Arriba. Párrafo aparte acá:
como en aquel recordado Quilmes Rock del 2008 (los memoriosos recordarán el
compartir fecha con La Vela Puerca, Intoxicados, Marea y La Mancha de Rolando
en River Plate) tras el cierre de la canción llegó un final atípico donde toda
la banda terminó cantando “vamos cachaca
que dure y que perdure en la maison de Joan”. En la noche del sábado la
canción terminó y desde el centro del campo resurgió esa vieja premisa, y con Osky Righi arengando al público desde
arriba del escenario, la banda le dio el gusto a sus seguidores, llevando ese
momento a uno de los más altos de la noche. A continuación una versión un tanto
retocada de Perro amor explota, que
nunca falla.
Suárez tomó el micrófono y pidió
por la despenalización de la marihuana y no recibió más que aprobación desde el
público. Hojas verdes poblaron la pantalla que se encontraba a espaldas de la
batería de Carlos Martín y
frenéticamente comenzó a sonar Dios te
salve, un cuarteto que se las trae.
“Y si me pintan la cara, hoy no me voy a achicar” cantaba Verenzuela
que hizo a dos voces Toco y me voy
junto con Suárez en una versión exquisita, que combinó voces de Germán “Condor” Sbarbatti también,
además del multifacético y polifuncional Mariano
Campoliete. Allí también participó Alejandro
Carballo, con su bombo murguero, integrante de La Fisura, banda del
proyecto de Subirá. Con el “bombista” se abrió el ciclo de invitados. Y fue
clave, porque el show estaba necesitando de un giro, de algo trascendental para
la noche: algunos pocos lo vieron en vivo en el Megacústico o lo escucharon por
la radio, pero no todos pudieron escuchar la soberbia versión de Ruego cantada
por Hector “Limón” García y
acompañada por Charly Bianco
–integrante de Bersuit en los inicios- siendo otro de los puntos más altos de
la noche (no el más, falta aun). Para bajar un poco, el primer tema de la noche
proveniente del disco Testosterona se hizo presente: Barriletes, bajo el mando
de Pepe Céspedes que dejó el bajo
para tocar la viola acústica.
Más de La Revuelta y más
invitados: Cachorro López, productor
del disco ocupó el bajo para una muy armoniosa versión de Santa Cecilia. De la mano llegó No
te olvides –con algunos gestos apelando a la memoria por parte de Suarez y
Righi- en la que se lució la voz de Pepe Céspedes en el último tramo de la
canción y contó además de Lopez que continuó en escena, con Sebastián Schon en el teclado
(coproductor del disco en cuestión). Más invitados: Miguel Suárez –bajista de La Fisura- se sumó a los coros para la
siempre tan querida Negra Murguera,
donde el que se lució fue Manu Uriona
que bailó al compás de sus platillos y a la par de los demás músicos. Bianco
volvió a subir para una de las canciones con mayor contenido simbólico, social
y político de la banda: Vuelos.
Con el video clip de fondo, Esperando el impacto, de letra y puño de
Righi, también dijo presente, y mostrando a Martín Pomares demostrando sus
dotes desde las seis cuerdas. Otra de las canciones bien estructuradas que
tiene el nuevo disco que dijo presente fue Así
es que contó con la participación de German
Wiedemer –quien tocara el teclado en De Bueyes-.
Y acá si me permito blanquear y
poner sobre la mesa un puñado de subjetividad que puedan arrojar mis palabras:
Tito al frente del escenario, sin guitarra solo con micrófono llevó el recital
a su momento cumbre. Y no por lo musical, porque quizás Cargamos no es un tema que resalte por la línea de voz ni por la
música emitida por los instrumentos propiamente dichos. Pero Verenzuela la
cantó con las entrañas mismas, desde las vísceras, con el alma de un activista,
con el corazón de un militante. Recorriendo prácticamente los últimos 35 años
de historia, insisto fue el punto más alto del show.
Y ahora sí: subamos un poco –o
mucho-. Más de Tito con su Porteño de ley (donde mechó un ricotero Preso en mi ciudad),
y a continuación al menos 30 muchachas desfilaron por el escenario sacudiendo
sus esqueletos –para no utilizar otra expresión- durante La Petisita culona,
proveniente de Hijos del Culo, quinto trabajo de estudio de Bersuit Vergarabat.
Palabras sueltas, algunos versos de La
Argentinidad al palo, que como siempre mantuvo en llamas el campo y provocó
los pogos más grandes de la noche. El segmento final del recital estaba
comenzando, y para ello contaron con la presencia de algunos de los miembros de
Los Auténticos Decadentes que le aportaron su impronta al tándem Yo tomo y Se Viene. Para cerrar, La Bolsa.
Cierre mentiroso, como lo hacen
todas las bandas. Unos minutos luego del parate, Suarez y Righi volvieron solos
al escenario. Como en las viejas épocas –acá si viejas- invitaron a otra banda
a participar del concierto. “Dejando los
egos de lado” aseveró el vocalista. Tras eso, La Franela ingresó a escena y tocaron Hacer un puente – en las pantallas pasaron el video clip del que
participa Osky-. Algunos se sorprendieron para bien otros quizás no lo tomaron
así porque querían ver a Bersuit, pero ni bien la banda liderada por el ex
piojo Daniel “Piti” Fernandez salió
de escena, comenzó a sonar de fondo el loop de la introducción de Sr. Cobranza, otra de las infaltables en
estos últimos tiempos. Sin nombrarlo, pero dedicado explícitamente al ex
vocalista llegó Afónico que hizo
vibrar el Luna Park ya encarando el cierre.
“Vamos a cerrar bien a lo argentino con una chacarera” dijo Dani
antes de agradecer al público. Carlos Martín tomó un bombo legüero y Subirá con
el acordeón reemplazó el violín que en el disco grabó Javier Casalla, y sonó La
Revuelta.
El cierre fue conmovedor: catorce
músicos en escena. Bersuit, y todos los allegados a Bersuit –integrantes de La
Fisura y De bueyes- en combinación armoniosa y sonando prolijamente ensayaron
una muy linda versión de Un pacto.
Hay quienes no se sorprendieron
con la lista de temas, a algunos les gustó a otros les encantó. Otros se
sintieron defraudados porque no tocaron temas viejos. La realidad marca, así
como afirmó Suarez previo al cierre del concierto, que una banda con 10 discos
y más de 20 años de historia se le complica armar su repertorio, que pese a
cualquier crítica, estuvo conceptualmente bien armado: hits, algunos temitas
viejos y casi todo el disco nuevo, siendo La Revuelta de Bersuit Vergarabat a
las grandes ligas del Rock Nacional con el lleno de un lugar como el Luna Park.
Fotos: Gentileza Cristhian Gamara - Look Alive (ver más!)
Muy buena nota, se notan las ganas de escribir y la pasíón por el rock y La Bersuit.
ResponderBorrarTe saluda un bersuitero de alma.
Excelente nota, mil gracias por compartirla.
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