Al cabo de una extensa gira titulada "Cuartetour", "Los Caligaris", los cordobeses que fusionan rock, ska, cuarteto, circo con una impronta en vivo muy particular, arribaban a La Trastienda Club de San Telmo para una vez mas dar el presente con el público de Buenos Aires que siempre los recibe.
A las 20.35, Hijas de Zion salió a escena con una impronta interesante: 8 mujeres arriba del escenario haciendo música reggae. El telón se abrió y ellas estaban de espalda al público a pleno silencio; al cabo de unos segundos, iniciaron sus shows con covers de clásicos del rock de los años '70, seguidas por "Destino", corte de su primer disco de estudio. Carla, cantante de la banda, tomó las riendas e introdujo: "Para dejar fluir las cosas que hay dentro nuestro..." e interpretaron "Piensa, piensa", seguida por la melancólica "Triste canción" (que, en el disco de estudio, cuenta con la participación de Fabián Leroux, guitarrista de Resistencia Reggae, ex- Resistencia Suburbana) y "Nunca más", donde se destacó "solos" de cada una de las integrantes a lo largo de la canción.
Entre agradecimientos y saludos, la lider de la banda nuevamente aportó: "Esperamos que este destino siga junto a ustedes" e interpretaron "Donde quiera estar", finalizando la canción seguida de "Evolución", parte de su nuevo trabajo de estudio próximo a grabarse. Al cabo de 40 minutos de show, y con un sonido y una puesta en escena más que interesante, el conjunto femenino se retiró del escenario para el galardón cuartetero-rockero de la noche.
Tan sólo 15 minutos pasaron desde que el telón se cerró, para que vuelva a abrirse. Una visual de un payaso, con una cuenta regresiva de 5 minutos era lo único visible más allá de los instrumentos. Al finalizar esta cuenta regresiva, la frase "EL CUARTETO ES NUESTRA PIEL" se transformó en la puesta en escena y los cordobeses salieron al escenario con "Cada vez". Al finalizar esta canción, con muchísima energía, Martín Pompiglione, uno de los cantantes del conjunto, entonó un identificadamente saludo Caligari: "¡Buenas nooooooches Buenos Aaaaaireeees!" y ahí arrancó nomás el Circo Caligari: "Bailarín apocalíptico", "Nadie es perfecto", con exclusivos meneos de Raúl Sencillez (Baterista de la banda) y únicos bailes de Marcos Ozamis (Saxofonista) y "Quereme así". "Se vé que les gusta el Cuartetour...¡el cuartetazo cordobés!". Los clásicos amorosos de la banda se hicieron presentes con el enganchado entre "Florentinos y ferminas", "Saber perder" y "El oasis". Ante el constante agite del público, Juan Carlos Taleb, el otro cantante de Los Caligaris, dijo: "Me parece que en Buenos Aires están con ganas de hinchar los huevos..." y el show continuó enérgicamente con "No estás", "Entre vos y yo" y "Mis tres amores", destacando el slogan Cordobés: "Porque de Córdoba son mis 3 amores: mujeres, cuartetazo y alfajores".
Agradecimiento especial a Diana Mood por las fotografìas.
A medida que el show de Los Caligaris iba avanzando, el desenvolver del público iba transformándose en una locura. Saltos, globos, papelitos, gritos, rondas, sonrisas y alguna que otra lata de cerveza para brindar. Completamente indescriptible e ilógico, que pasa a ser lógico porque estos muchachos giran por Latinoamérica como si se fueran de compras al supermercado. Desde Transpirando Alegría, llegó "Me gusta portarme mal", seguida de "La carta", donde el simpático Raúl Sencillez, baterista de la banda, se tiró al público como si fuese un globo. En el interín, Lautaro Bartoli interpretó solos con su guitarra de canciones clásicas. A propósito, esa misma guitarra fue la que dio inicio a "La montaña", donde por momentos parecía que en San Telmo había un temblor.
Entre "¡Viva la patria!" y "¡Arriba Buenos Aires!" llegó "Asado y fernet", correctamente introducida por la banda preguntando "¿Acá en Buenos Aires toman Fernet? Acompáñenme a cantar esta canción bien argentina, entonces...", seguida de "Razón", segundo corte de su disco Bailarin apocalíptico, "Mi estanciera y yo" y el cuartetazo "EEA". Ya arañando el final del show, sintiendo el calor que transmiten los cordobeses, llegó el momento de sacarse las remeras, este clásico ritual que sólo sucede con Los Caligaris y en la canción "Kilómetros". Inesperado e increíble, pero real...todos los integrantes de la banda sin remera, ¡y casi todo el público presente también! Momento ideal para chocarse, rozarse y mimarse en un pogo. Amagando a irse, interpretaron canciones infantiles, entre las que estuvieron Don Pepito y No nos vamos nada. Posteriormente, con un ska instrumental de fondo, se presentaron uno por uno desde arriba del escenario y haciendo lo mejor que hacen: tocar. Para finalizar el show, un golpe de knock-out: "Tyson".
Agradecimiento especial a Diana Mood por las fotografìas.
Si bien se pueden describir con mil palabras, seiscientos colores, ochenta fotos y 10 videos, es necesario ver en vivo un show de Los Caligaris para entender la fiesta que realmente es. Ya arrimando el bochin a los 17 años, seguramente nos deleitarán con una gran fiesta con semejante motivo, y aquí estaremos los porteños esperándolos: con mujeres, cuartetazo y alfajores !
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