Con 18 años recorridos, Arbolito pone sobre la mesa en formato físico un show diferente, cargado de energía, sensaciones y por sobre todas las cosas amistad. Se trata de un recital íntimo, filmado en la sala Haroldo Conti de la ex Esma y en el que cargaron consigo algo así como la responsabilidad de transformar todas esas cosas horribles que pasaron, en mil colores.
La cita de presentación era en el mítico Teatro Opera de la calle Corrientes que, desde temprano, se colmó con las características prendas aguayo y familias completas que se acercaron a compartir de un lindo momento.
Apenas minutos pasadas las 20:30, el grupo salió al escenario para arrancar con “Aca estamos”, el instrumental que hace alusión a su vigencia a través de los años. Aquella posible frialdad que puede generar un espacio con butacas (algo así como un cumplir con tu lugar), quedó lejos cuando la gente se paró y ocupó los pasillos al ritmo de “Saya del yuyo”.
Rápido aparecieron los primeros amigos de la noche: La Chilinga, murga que los acompaña desde los comienzos, irrumpió para acompañarlos en “La costumbre”.
El centro del Opera pasó a ser El Ombligo… y es que varios sikus atravesaron el pasillo entonando el clásico “Vinito y amor” (para todos gritó Agustín!). También hubo lugar para hacer aún más furiosa a “Sariri” de la mano Tito Fargo, guitarrista y productor.
Rápido aparecieron los primeros amigos de la noche: La Chilinga, murga que los acompaña desde los comienzos, irrumpió para acompañarlos en “La costumbre”.
El centro del Opera pasó a ser El Ombligo… y es que varios sikus atravesaron el pasillo entonando el clásico “Vinito y amor” (para todos gritó Agustín!). También hubo lugar para hacer aún más furiosa a “Sariri” de la mano Tito Fargo, guitarrista y productor.
El público se mostró expectante y atento frente a toda la gama y contrastes que el grupo proponía en un clima de alegría y sorpresa. “Ésta se lo de dedicamos a quienes vinieron y a los que hoy no pudieron acompañarnos”, anticipó Pedro Borgobello antes de “Cristal”, la canción que le dio nombre al dvd.
En un afán por demostrar la versatilidad y, básicamente, que todos pueden tocar cualquier instrumento según la ocasión lo requiera, apareció Pablo Fraguelo en el acordeón para hacer la festiva “La arveja esperanza”. Y sin respiro alguno ya estaba preparada parte de la Orquesta Fernández Fierro para hacer “De agua” y la gran voz de Veronica Condomi para “La recuperada”, en referencia a los trabajadores del Hotel Bauen.
Ahora sí, el teatro se convirtió en una peña a todo trapo: el que estaba sentado y el que ya había ocupado un lugar cerca del escenario se soltó para bailar “Europa” e incluso para poguear en “Chacarera de las cloacas”. Con los nervios y los miedos completamente olvidados, se dieron el lujo de estrenar “Tanta vida”.
Como si hubiese sido aquella noche en la ex Esma, el trencito se armó y recorrió las butacas cuando apenas sonaron los primeros acordes del clásico instrumental “Amerika bonita”. Cerca de las 23 y con los últimos saludos y agradecimientos, “Baila baila” puso a todos saltar y a corearla al pie de la letra… pero pidieron más y se les concedió!. Casi como darles lo que tanto estaban esperando, la banda volvió y coronó la noche con “El pibe de los astilleros” y a pura emoción con “Si me voy antes que vos”.
Luego de casi dos horas y media de folk-rock, chacareras y carnavalitos, los chicos que dieron sus primeros pasos en la Escuela de Música de Avellaneda, demostraron estar a la altura de las circunstancias y las sonrisas y aplausos lo dejaron más que claro. Apenas faltando semanas para que cierre el año, Arbolito ya confirmó que volverá al patio del Konex el 20 de diciembre; un show apto para todo público, con la frescura y el entusiasmo que tan bien los caracteriza.
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