Lejos de detenerme en Callejeros, Chaban, Ibarra o los bomberos, pienso que Cromañón somos todos. Culpa propiamente de la inconsciencia social y una cadena corruptiva que desembocó una noche, el 30 de Diciembre de 2004, en un boliche de la Capital Federal.

A 10 años, el pedido de justicia sigue intacto. Sobrevivientes y familiares exigen una respuesta que no llegará y siguen esperando que sus hijos vuelvan de Once. Personalmente creo que la justicia vendrá cuando no haya más cromañones, porque los sigue habiendo en menor medida, sin tanta repercusión mediática, pero está presente en cada derrumbe, cada medio de transporte en pésimas condiciones, cada salida de emergencia fallida, sigue ahí.


Me considero parte del circuito del Rock, lo frecuento desde los 12 años. Si bien no viví “las noches de Halley y Cemento” y estando a años luz de parecerse a los 80’ y 90’, puedo decir que conozco bastante el ambiente. Ahora, desde el rol de músico y una banda que se está gestando desde el under, sugiero a los chicos que presten un poco de su atención a los lugares a concurrir y donde tocar. Creo que ya aprendimos que el “no va a pasar nada” no pasa hasta que pasa. De nada sirve alzar la bandera de “Justicia por Cromañón” si somos nosotros los que revivimos al caído.


Gonzalo Lopez Ghiglieri de Puro Deskarte
#10añosdeCromañon

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